Vuelo del Colibrí

Vuelo del Colibrí​

Tú, salta… que las alas te creceran en el camino!

Cuando salimos de nuestra zona de confort lo hacemos por diferentes motivos, algunos por que desean cambiar, otros buscan mejores oportunidades, por estudios, crecimiento profesional, etc.  Yo a lo mío lo llamo, por seguir mi sueños. 

Después de analizar cuál era la mejor opción para mí y salir a vivir un tiempo en otro país, descubrí que era ir como estudiante, y mis planes iniciales fueron así: estudiar un año, y otro año adquirir experiencia trabajando;  si me gusta me quedo, sino me regreso.

Así de fácil lo planteé.  Dentro de mis opciones estuvo en primer lugar ir a estudiar en Chile, ya que ese país lo conocía y me gustaba el estilo de vida que pude apreciar, luego estuvo España y honestamente mis opciones eran limitadas porque en ese entonces mi nivel de inglés no superaba las expectativas de las Universidades en Estados Unidos.

Empecé a postular y a enviar mis admisiones a Universidades, la primera Universidad que respondió fue una española y dije: aquí es!!  La verdad tramitar la admisión, matrícula y demás gestiones para mi ingreso resultó ser más fácil que hacerlo con mis antiguas universidades en Ecuador.

Todo estaba saliendo bien, en dos maletas me llevaba una vida para empezar en otro lugar lejano, estaba a punto de subirme a un avión y empezar a cumplir uno de mis mayores sueños.

Primeros-Pasos-Espana1

 

Mi llegada a la Madre Patria como en Latinoamérica lo decimos fue genial, el primer día vi a mi gran amiga de hace años, con la que viví un tiempo. La Universidad de entrada me gustaba mucho, socialicé rápidamente con los compañeros, conseguí una casa acorde a mis necesidades para vivir, Madrid me envolvió rápidamente con su estilo.  En fin mi vida de estudiante estaba tal como lo imaginé.  No voy a negar que al inicio me pasó como a todos, la desubicación, la adaptación a cosas nuevas, el transporte, todo más caótico más confuso y también extrañar lo que dejaste atrás.  Algo que a mi siempre me ha caracterizado es mi independencia, incluso viviendo en Ecuador varios años antes de salir ya no vivía con mis padres, vivía con mis hermanos, ese detalle hizo que en un futuro no sienta ese apego emocional de dejar a mi familia y empezar de nuevo.

La vida de Estudiante en Madrid....

Mis planes estaban saliendo según lo previsto, la Universidad donde estudié me brindaba muchas asesorías para tener una vida más fácil como estudiante extranjera en Madrid, aunque luego descubrí que estaban olvidando un pequeño detalle del que luego hablaré. Estaba encantada y satisfecha con el método de estudio que manejaban ahí, llevaba más de 12 años de estudios y estaba acostumbrada a otra temática en la que el estudiante escucha y aprende del profesor quien es alguien más o menos parecido a una autoridad.  En aquellas aulas todos aprendíamos de todos, a la mayoría de profesores les fascinaba saber de nosotros los estudiantes que en su mayoría éramos latinoamericanos, de nuestras experiencias y anécdotas había reflexiones, y así salían los temas de clases. En general puedo decir que fue un tiempo muy provechoso para mí cursar un masterado en esa Universidad. 

La vida de estudiante fuera de las aulas también fue divertida, después de dos intentos buscando un lugar donde vivir, tuve la suerte de radicarme por un año en un barrio muy  favorecido de Madrid, alado del Parque El Retiro, amaba ese lugar, compartí departamento con una persona increíble y su hijo de 5 años, tenía mi pequeña familia cerca de mi todos los días.  

 

La noche madrileña encanta a cualquier persona, eso es indudable, tenía un grupo para las salidas, para ir a restaurantes, tomar cañas en las terrazas, caminar y conocer la ciudad, ir a pueblos cercanos, planificar viajes a otros países, de vez en cuando para hacer deberes, cocinar, jugar, hacer ejercicio, etc. Eso agradezco mucho porque nunca, nunca me sentí sola. 

Llegó el final del máster, y cada uno tomó su camino, algunos inmediatamente regresaron a sus países, otros decidieron pasar unos meses para conocer más, y yo estaba lista para mi siguiente paso: encontrar trabajo y vivir en Madrid, ya no como estudiante, sino como Dayana, la simple y a la vez complicada Dayana.

Los Primeros Pasos...

Pasó un mes cuando mis ideas sobre mi segundo plan se cayeron al piso. Había terminado mis estudios y relativamente ya no era estudiante, aunque mi tarjeta de extranjero aún decía estudiante, ya me había graduado y ya no tenía ninguna relación con mi Universidad. 

Posteriormente,  antes de planificar mi salida desde Ecuador obviamente sabía que con mi tarjeta de estudiante podía tener un trabajo a tiempo parcial, pero en ningún punto de información de ninguna página web, y ni la misma Universidad (éste es el pequeño detalle que olvidaron) me dijo que: puedo acceder a trabajar siempre y cuando mi Universidad o centro de estudios firme un convenio con la empresa que desea contratarme.  He aquí el gran inconveniente.

Aquí inicia una serie de trámites e inusuales aventuras que pasé para cumplir con mi siguiente objetivo. Esto lo escribiré el otro post, en donde contaré detalladamente mi experiencia como tramitadora de la oficina de extranjería en Madrid, no es exageración pero en estos años he realizado todos los trámites posibles con esta oficina, me conozco al pie de la letra todos los trámites habidos y por haber, lo único que no intenté fue pedir exilio ni asilo político, peri todo lo demás, estoy al tanto de todo!!

Me convertí en investigadora, abogada, trabajadora social y tramitadora de extranjería para descubrir que tengo que hacer para quedarme y poder trabajar.  La opción más acertada era ser estudiante otra vez, al inicio veía una posibilidad casi nula, ya mis ahorros para vivir un año se estaban agotando, y buscar otra universidad para estudiar más ¡! Madre mía, así iba a regresar al kínder garden e iniciar mi vida estudiantil de cero.  En verdad tenía que enfrentar obstáculos grandes, pero tomé el riesgo, y me dije: manos a la obra…. Y otra aventura acababa de empezar.

No hubo obstáculos imposibles de vencer, y en este camino jamás estuve sola.  Mucha gente me dio una mano,  me ayudó, me guio, tuve ángeles que yo considero que aparecieron en un momento determinado para enseñarme algo especial.  

Los primeros pasos son difíciles, por lo general son cuesta arriba y duelen, pero siempre existe una manera de seguir, no existe gente que haya muerto en su intento por conseguir sus sueños, hay soñadores que murieron de pena por no intentarlo.

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